La Maiestas Domini de Sant Climent de Taüll,
es uno de los iconos del arte románico.
Está representado en el centro del ábside, enmarcado por una mandorla
perlada.
Es un Cristo en Majestad, sedente, alzando la mano derecha en actitud de bendecir.
En la izquierda mantiene el libro sagrado en el que vemos la inscripción:
Ego Sum Lux Mundi (yo soy la luz del mundo). A la altura de sus hombros
se distinguen las letras griegas alfa y omega, simbolizando a Cristo
como principio y fin de todas las cosas.
A los lados del Pantocrátor está representado el Tetramorfos,
los símbolos de los cuatro evangelistas, que portan cuatro Ángeles.
La parte inferior está ocupada por la representación de la Virgen
María y los Apóstoles: santo Tomás, san Bartolomé,
Maria, Juan y Santiago, según se indica en la orla que separa esta zona
de la superior.
Los apóstoles llevan libros que muestran al espectador y María
porta en su mano izquierda un recipiente que se asocia con el Santo Grial.
En su rostro se puede ver que su boca está cerrada, como cosida,
ya que guarda el secreto del Grial en el que Jesús bebió en la
Última Cena con sus discípulos, y en el que José
de Arimatea recogió la sangre de Cristo cuando el centurión
romano, Longinos, traspasó su costado con la lanza.
En el fragmento central de la bóveda,
inmediato al ábside, surge la Mano de Dios, (Dextera Domini), inscrita
en un circulo blanco, que representa la omnipresencia todopoderosa.
En el muro izquierdo aparece la parábola
del rico Epulón y el pobre Lázaro, con su perro, esperando
a la puerta del rico avariento.
Este formidable fresco, esta magnífica
pintura policroma del primer cuarto del siglo XII, ocupaba gran parte
del ábside de la iglesia de Sant Climent de Taüll.
En 1931 fue declarada Monumento Histórico-Artístico
y en el 2.000, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco